lunes, 4 de enero de 2016

Tradición que huele a barrio



Como sabemos los que la habitamos, La Plata es un pueblo grande. A pesar de sus edificios y su ritmo urbano, basta caminar unas pocas cuadras fuera del centro para encontrarse con casas de techos bajos y patios verdes. Para vivir “el barrio”. Ese barrio donde los vecinos se saludan y el almacén sabe sus historias. Donde los más grandes toman mate en la vereda y los más chicos encuentran una plaza donde jugar.

Y fue hace medio siglo, durante los festejos de fin de año, donde el barrio platense encontró su forma de celebrarse. En 1956, en la esquina de 10 y 40 nació una de las más reconocidas tradiciones platenses. Luis Tortora, dueño del bar “El Obrero”, fue el primero en realizar un momo de Año Nuevo para homenajear a los jugadores de Defensores de Cambaceres de Ensenada que habían alzado la copa de campeones ese mismo año. 

"Homero y Jaguer" 21 y 37 


El origen de la quema de muñecos para despedir el Año Viejo se remonta a la historia del viejo mundo, de costumbres españolas derivadas de rituales paganos europeos y celtas. Las Saturnales romanas consistían en una celebración realizada en honor a Saturno, dios de la agricultura, llevadas a cabo entre el 17 y 23 de diciembre, a la luz de velas y antorchas para festejar la entrada del Sol en el signo de Capricornio, iniciando el solsticio de invierno. Al mismo tiempo, el emperador Aureliano introdujo en el año 274 el culto al Sol Invicto, o nacimiento de un nuevo período de luz, proveniente de Siria y conmemorado el 25 de diciembre. Posteriormente el cristianismo tomó esta fecha como día de nacimiento de Jesús de Nazaret, y las celebraciones de las costumbres paganas se trasladaron al día de Año Nuevo. 


"El rock de las estrellas" 25 y 40

En nuestro continente son varios los países que han adoptado esta costumbre. Distintas ciudades de México, Ecuador, Perú, Uruguay y Chile suelen realizar quemas de monigotes de cartón o papel para purificar y alejar las malas energías y comenzar regenerados el nuevo año. Sin embargo, la tradición platense se distingue del resto ya que cada barrio de la ciudad elige su propia temática para la realización del momo. El espectro es amplio, desde un personaje de dibujos animados hasta un acontecimiento político, todo contenido es bienvenido.


"UP" 10 y 36



"Breaking Bad" 24 y 41

La diversidad no sólo se ve en la elección de los temas sino también en el modo en que cada barrio se organiza para trabajar. Hay muñecos emblemáticos por su historia, que año a año deslumbran a los vecinos por las dimensiones de las obras, la introducción de efectos de luces, movimiento y sonido. Constituyen verdaderas obras de arte efímero. Hay otros, de tradición joven que buscan formas simples como cajas de fósforos o atados de cigarrillos. Sin embargo todos guardan algo en común: las ganas de reunirse, de hacer que la fiesta perdure, de estar juntos, hacer la calle propia, habitar la vereda y transformar por unos días la ciudad en alegría.


"Furia Intensamente" 11 y 36

Mientras que los adultos se encargan de construir la estructura de alambre y madera, los más chicos piden monedas a los autos que pasan por la calle para poder financiar el costo de engrudo y pintura, y comprar pirotecnia para el show de fuegos artificiales y la quema. Las noches previas suelen ser punto de encuentro para las salidas adolescentes. Hasta último momento el equipo trabaja y deja todo preparado para comenzar una vez más el ritual. El muñeco es la fiesta del barrio, la expresión de la cultura popular. Construye identidad, une a través de las generaciones, crea lazos que perduran en el tiempo.


"Minion" 10 y 38

¿Qué sería de La Plata sin esta tradición tan nuestra, sin hacer la clásica recorrida a los muñecos por la tarde antes de cenar? ¿A dónde iríamos después de brindar si no fuéramos a observar entre aplausos a los soles invictos a quienes les pedimos un próximo año recargado en luz? Despedimos un año y como el ave fénix renacemos de las cenizas para re-comenzar, conociendo quienes somos, sabiendo dónde vamos y construyendo nuevos recuerdos.


 "Los Aristogatos" 19 y 39

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