lunes, 12 de octubre de 2015

Un día

Cuando todo parecía perdido,
y los pronósticos anunciaban destrucción masiva,
el odio intentaba colarse entre las heridas
liberando toxinas de miedo.


La ignorancia invadía las conciencias,
en forma de violentos remolinos,
cobrándose con vidas su andar atropellado.


El silencio se adueñó del aire,
y fue entonces cuando ya nada se percibió
de lo que había sido iluminado por generaciones.


Pero hubo un amanecer en que,
donde todo parecía dormido,
ciertos hombres y mujeres abrieron sus ojos,
descubriendo entre las llagas de la tierra,
el brote de una semilla.


A partir de entonces,
cada día se convertiría en experiencia de cambio.
Pasionarias derribarían nuestros muros.
Nos detendríamos un instante
al encuentro de una mirada transparente,
reflejo de la esencia de todas las cosas.



Copacabana, Bolivia 2014

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